Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP

Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP
Carlos Fierro con un grupo de egresados del Diplomado en Gastronomía de la UJAP del cual fue su Coordinador al inicio. GASTRONOMIA (del griego γαστρονομία)es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno.Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.Para mucha gente, el aprender a cocinar implica no solo encontrar una distracción o un pasatiempo cualquiera; pues cocinar (en un término amplio) es más que solo técnicas y procedimientos... es un arte, que eleva a la persona que lo practica y que lo disfruta. Eso es para mi la cocina, con mis obvias limitaciones para preparar diversos platillos, es una actividad que disfruto en todos sus pasos, desde elegir un vegetal perfecto, pasando por el momento en que especiamos la comida, hasta el momento en que me siento con los que amo a disfrutar del resultado, que no es otro más que ese mismo, disfrutar esta deliciosa actividad o con mis alumnos a transmitirles conocimientos que les permitirán ser ellos creadores de sus propios platos gracias a sus saberes llevados a sabores

domingo, 16 de junio de 2013

Hoy Día del padre, un homenaje al recuerdo de mi bisabuelo materno: el maestro Marcos Eugenio, corso

De cómo el aroma del maquis se hermanó con el del cacao 

Malena Roncayolo cuenta en imágenes cómo los franceses insulares generaron riqueza antes del petróleo 

Es la inmigración camuflada. Al escuchar apellidos como los de Simón Alberto Consalvi, Francisco Massiani, Pancho Quilici, Arturo Uslar Pietri, Rafael Arráiz Lucca, Raúl Leoni, Jaime Lusinchi o la familia Franceschi que produce el proverbial chocolate de la hacienda San José en el estado Sucre, la primera tentación es asociarlos con Italia. En realidad por sus arterias corre, o corrió, la herencia de Córcega, la isla mediterránea de soberanía francesa gobernada por genoveses durante casi cuatro siglos. Está en el ADN de la propia directora de De navíos, ron y chocolate, Malena Roncayolo, así como de otra cineasta venezolana, Fina Torres Benedetti.
Castañas, jabalíes, montañeses aguerridos y los matorrales aromáticos o maquis son las imágenes que evoca Roncayolo cuando se refiere a la isla de sus antepasados, involucrados en el desarrollo del transporte ferroviario y marítimo del occidente venezolano a finales del siglo XIX. Una de los chispazos que la decidió a convertir en película la saga de los franceses insulares en Venezuela se prendió cuando se enteró de que un nieto del corso mayor, Napoleón Bonaparte, el conde Carlos León II, yace en una tumba sin identificación en Carúpano. Murió en 1894, días después de desembarcar para emprender una red ferrocarrilera en Paria.
Más complejo que la ficción. La primera planta eléctrica en Venezuela, la primera fábrica de hielo, el primer cable telegráfico hasta Europa, las primeras destiladoras de ron, la mina de oro más grande de El Callao. "Detrás de cada una de esas iniciativas estuvo la mano corsa. Es una historia de familias unidas por el trabajo y de civiles que generaron riqueza antes del petróleo”, revela Roncayolo. Deformación del original genovés, Roncagliolo, que llevan dos parientes muy lejanos y célebres de Perú: el escritor Santiago y el diplomático Rafael.
De navíos, ron y chocolate, financiada en parte por la Asociación Cultural Corsos de Venezuela, es un documental, pero se enriquece con dramatizaciones y secuencias de animación de veleros azotados por tormentas atlánticas.
“Es la película más complicada que he hecho”, admite la esposa del cineasta Thaelman Urgelles, madre de un politólogo que escribe libros de fantasía histórica sobre los mayas, dueña de un jarrón francés del siglo XVII y también directora de Pacto de sangre (1987), basada enCasa tomada de Julio Cortázar, y Acosada en lunes de carnaval(2002). “Más compleja que las de ficción. Porque con la ficción hay un guión definido. En el documental, la información sigue apareciendo incluso después de que terminaste el filme”, profundiza Roncayolo, que quizás para relajarse luego de una producción de cuatro años planea una primera cinta de comedia, la primera además en la que no emprenderá una recreación de época.
La saga corsa en Venezuela propicia una pregunta inquietante: ¿volverá a recibir el país alguna oleada de emprendedores europeos? “Las que vinieron de Córcega y de otras partes fueron migraciones calificadas”, reflexiona Roncayolo y sugiere: “No quiere decir que las otras que han venido no sean valiosas, pero sin duda a unos nos toca educar a los otros. Por la riqueza petrolera, siempre atraeremos extranjeros. Pero sólo te quedas cuando hay provecho, paz y prosperidad para los tuyos”.
De navíos, ron y chocolate
Documental. Venezuela, 2013
Directora: Malena Roncayolo
Duración: 90 minutos
Estreno en cines: viernes 21 de junio

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